ελληνική συνεταιρισμούς: cooperativas griegas

Grecia fue un país netamente agrario hasta principios del siglo XX. Con el transcurso del tiempo cambió, sin embargo, la estructura económica en las zonas rurales: en el año 1960 la agricultura representaba todavía el 50% de la actividad, en 1975 el 25% y en el último decenio el 15%. En vista de esta reconversión económica, resultó natural que los créditos agrarios fuesen manejados por las cooperativas crediticias. La institución empezó sus actividades en 1900.

Después de haber sido aprobada la legislación correspondiente en 1914, las cooperativas agrarias de crédito se desarrollaron muy rápidamente, sobre todo las cooperativas rurales de crédito. De este modo en 1992 existían 4.187 cooperativas agrarias de crédito. Pero su función consiste en la intermediación entre el Banco Agrícola (como ente financiero) y los miembros (como tomadores de crédito). Las cooperativas agrarias de crédito no están en situación, ni a corto ni a largo plazo, de facilitar créditos cooperativos de forma independiente por falta del capital necesario.

El Banco Agrícola controla a su vez la correcta aplicación de sus directrices generales a través de inspecciones in situ. Este papel de intervención del Banco Agrícola limita el funcionamiento independiente de las cooperativas crediticias rurales. Una institución cooperativa de crédito en forma de un banco cooperativo se estableció muy tarde en comparación con otros países europeos. Pero en 1993 empezó un desarrollo notable de las cooperativas de crédito y de los bancos cooperativos.

En cuanto al cooperativismo agrario griego, se puede citar como ejemplo a los productores de Aceite de Oliva. La Unión de Cooperativas Agrícolas de Lesvos fue fundada en 1930 y asocia a 60 cooperativas de primer grado con un total de 13.000 asociados. Su principal objetivo es el de intermediar la relación entre los productores y sus asociados, además de vigilar el proceso de producción durante todas sus etapas.

A raíz de la crisis de los últimos años, se han presentado diferentes experiencias cooperativas frente a la recesión y el desempleo. Un ejemplo de ello lo encarna un grupo de mujeres de la isla de Siros, en el corazón del mar Egeo, dedicadas a la restauración. Los ingresos que esta cooperativa recoge desde el año 2000 han permitido restaurar el antiguo monasterio donde estas mujeres han instalado sus cocinas. Lo que no consiguen vender lo distribuyen entre asociaciones caritativas. El volumen de negocio que facturan ronda los 400.000 euros anuales, y además generan empleo (ver noticia: Grecia )

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